PATAGONIA database

Menú Principal

Indice  

Fuentes-Recopilador Abreviaturas Código de Países E-Mail

Google
 
Web www.drault.com

ORLLIE-ANTOINE  DE  TOUNENS

(Artículo periodístico firmado por Diego Caldentey, recopilado por Raine Golab)

La Justicia no le creyó al rey de la Patagonia

Fallo: los tribunales franceses rechazaron un juicio iniciado contra el
periodista Francois Lepot por quien se autoproclamaba monarca del Sur.

La justicia de Francia rechazó recientemente una demanda por difamación e
injurias contra el periodista argentino Enrique Oliva, iniciada por el
ciudadano francés Philippe Boiry. El demandante, de 70 años, quien se
autoproclamaba "rey de la Patagonia y Araucania", afirma poseer títulos de
nobleza en Chile y la Argentina.

Empero, Enrique Oliva -corresponsal del diario Clarín en Francia durante 15 años, hoy retirado- fundamentó en un libro que "el rey de la Patagonia"
era simplemente un impostor.

El escritor, conocido como Francois Lepot (seudónimo con el que firmaba sus artículos), denunció al francés por comercializar títulos de nobleza
"tan falsos como su presunta majestad".

Comienza la historia
Debido a sus acusaciones, el apócrifo monarca demandó a Oliva (al
considerarse injuriado), pero el tribunal galo falló en su contra.

"El se declara "príncipe protector de la Araucania y Patagonia de los
territorios australes de la América del Sur, y afirma ser descendiente de
personajes estrafalarios del siglo pasado", comentó Oliva a La Nación, con
tono jocoso.

Esos personajes a los que hace referencia el periodista son tan singulares
como el propio Boiry.

En 1858 un francés llamado Oriélie Antonie de Tounens comenzó a protagonizar la insólita historia, que luego culminó con la actual causa
judicial.

Antoine era procurador en una escribanía de Lecheze (pequeño condado francés que luego desapareció, perteneciente a la región de Dordogne).

Luego de hipotecar unas tierras de su tradicional familia, viajó a Chile y a
nuestro país. Asombrosamente, instalado en La Serena, redactó una
constitución (escrita en francés en su totalidad). Entonces, decidió
coronarse rey de los territorios chilenos y argentinos del sur continental.
Inclusive, llegó a nombrar a dos ministros, jamás conocidos.

En uno de sus desconcertantes divagues, Oriélie Antoine propuso cederles
armas a los aborígenes rebeldes de la zona, por considerarse "amo de los
nativos". Los indios constituían en aquella época la resistencia a las
fuerzas gubernamentales, en la disputa por los territorios.

Finalmente, debido a esa "ocurrencia", Antoine fue enjuiciado por las
autoridades chilenas, y condenado a recluírse en el hospicio de Orate. Al
cabo de unos años el entonces cónsul de Concepción lo deportó a Francia. Su falso reinado "culminó" en 1902, cuando murió entre la pobreza y el
anonimato.

Luego, algunas personas afirmaron pertenecer a la alocada dinastía de
Antoine de Tounens. Pero fue Philippe Boiry quien más se empeñó en reflotar los hechos.

Boiry, viudo y sin hijos, afirma ser el decano de una facultad libre de las
Ciencias de la Comunicación. Pero investigadores franceses aseguran que es apenas el propietario del establecimiento, aunque no tiene ni título
secundario aprobado.

De buena posición económica, el francés tiene una "corte" en su casa, donde supuestamente recibe a "representantes de todo el mundo"
Además, dice ser el propietario de un centro de Estudios Patagónicos
(también desconocidos).

"Varón francés"
Su popularidad comenzó a gestarse en 1952, medio siglo después de la muerte del falso rey patagónico. En aquel momento, apareció en un
anuario de la sociedad francesa como "varón descendiente de
Carlo Magno".

En tanto, empezó a afirmar que era el sobrino nieto de Oriélie Antoine.
Debido a su supuesta descendencia, se hizo llamar "Príncipe Philippe I de la
Araucania y Patagonia", adjudicándose numerosos títulos de la realeza.

Como dato insólito, el personaje no domina ni una palabra de español y,
hasta 1989, jamás había pisado las tierras que -dice- le pertenecen.

Precisamente, a fines de los ochenta, estuvo una semana en la Argentina y
otra en Chile. Al término de su fugaz visita, Boiry afirmó que su reino "ha
sido conquistado y destruído". Calificó a ambos países de "usurpadores e
invasores".

Pero su teoría no encontró mayor asidero. Francois Lepot (Oliva)
desenmascaró al francés, en su libro "El Rey de la Araucania y Patagonia",
en 1995.

"En el libro hay pruebas contundentes de la falsedad de Philippe
Boiry -confesó Oliva-. El testimonio de Maurice Druon, secretario Perpetuo
de la Academia Francesa; y el del escritor Jean Raspail son terminantes:
nadie cree en sus dichos, que utiliza para provecho personal".

La polémica continuó en 1996. Indígenas nativos de Chile y la Argentina
denunciaron que el supuesto "dueño de la Patagonia" recolectaba fondos en
diversas fundaciones europeas, destinados para las comunidades aborígenes.
Pero el dinero nunca llegó a sus manos.
En mayo del año último se publicó en Francia el libro "Patagonie-Une Tempete
Imagination", de la editorial Autrement. . Allí se lee un capítulo escrito
por Enrique Oliva, titulado "Le Roi de Patagonie", donde el autor ratifica
sus acusaciones hacia Boiry.

"El inició un juicio a la editorial y a mi persona, luego de considerarse
dañado moralmente", resaltó Lepot-Oliva.

En efecto, en junio de 1996 "Philippe I" presentó una demanda en el Tribunal
de Instancia del Distrito Primero de París. Reclamaba una indemnización de
16.000 francos (unos 2800 pesos).

Desestimado
En parte, el increíble suceso parece haberse resuelto. La Justicia desestimó
el pedido de Philippe Boiry. El fallo tiene vital importancia porque nunca
antes los tribunales se habían pronunciado en el caso del "Emperador del Sur continental".

Oliva explicó que "el objetivo (del francés) era justificar sus pretensiones
para lograr que la justicia consolidara sus falsos títulos".

No obstante, el principal protagonista de esta increíble trama parece no
preocuparse demasiado. "Philippe I de Tounens" acaba de comprar un castillo en la región de Dordogne. Mientras afirma que allí nació el ya
legendario Oriélie Antoine de Tounens, convirtió al lugar en museo histórico.

Miles de inocentes turistas pagan hoy su entrada para contemplar banderas,
escudos, y mapas falsos, supuestamente pertenecientes al aventurero del
siglo XIX.

"Allí, -agrega Francois Lepot- Boiry dice tener un telex con la firma del
senador argentino Hipólito Solari Yrigoyen, quien le envíó saludos al
"Príncipe de Araucania", desconociendo su verdadera identidad".

Lo cierto es que el castillo de Dordogne comienza a ser una atracción más,
la cual circula en algunos folletos turísticos de Europa.

por Diego Caldentey


Google
 
Web www.drault.com